Hace tan solo un año y medio la pandemia arrasaba la vida de la hermandad allí donde hacía acto de presencia. Misas despobladas por miedo al contagio, besapiés suspendidos por el riesgo de contagio que entraña el que una persona tras otra comparta sus virus sobre el soporte devocional de su titular. Un año después de  AQUEL 24 DE JUNIO, un nuevo tiempo acoplado a la realidad pandémica empieza a entresacar la cabeza, acomodándose como puede a las exigencias y medidas higiénico-sanitarias. Por eso nos preguntamos, ¿cómo está viviendo la hermandad sus cultos y procesión en este 2021?

El pasado 24 de junio se vivió uno de los actos más concurridos de lo que llevamos de pandemia «Los hermanos, y la gente en general tienen ganas de volver a vivir nuestra fiesta patronal como siempre y eso se ha visto este año. Se está viendo que las ilusiones están intactas y cuando la hermandad pueda volver a hacer su vida normal recordaremos esto como un mal sueño».